El Papa Francisco ha decidido reabrir el caso, ya prescrito, del sacerdote esloveno acusado de haber cometido violencia sexual y psicológica contra nueve monjas, según ha informado el Vaticano este viernes.
«El Papa está firmemente convencido de que la Iglesia debe escuchar con atención y compasión a quienes sufren, especialmente si se sienten marginados por la Iglesia», justificó el Vaticano en su comunicado.